Experimentación en Startups - ¿El camino al éxito?
El método de Lean Startup ha tenido un éxito notable entre las startups. Las causas detrás de su popularidad son varias, pero hay dos que es importante destacar.
Ha demostrado su efectividad. Si los resultados no lo respaldaran pocos lo adoptarían.
Resulta relativamente fácil de enseñar. Este no es un detalle menor cuando tienes un tiempo reducido y un grupo de profesionales muchas veces con menos experiencia de la que quisieras que posean.
También puede argumentarse que mucho de lo propuesto por este método refleja fielmente las necesidades y realidad del sector. La necesidad de desarrollarse con rapidez, obtener información y realizar cambios y correcciones hasta encontrar el camino correcto.
Por lo señalado podemos decir que el método que propone Lean Startup es una herramienta práctica y conveniente.
Herramienta y realidad
Pero es una herramienta que no debe confundirse con la realidad misma. Las herramientas son abstracciones, simplificaciones. Un medio para interactuar con el mundo que nos rodea. Cuando funcionan bien podemos decir que responden a esa realidad.
Pero la realidad siempre es más compleja. Y toda herramienta tiene sus puntos fuertes y débiles.
De un modo muy sintético puede decirse que el enfoque de Lean Startup apunta a conseguir un producto mínimo viable lo antes posible. Obtener feedback de los consumidores y producir mejoras.
De ser necesario, realizar cambios drásticos en la estrategia de la empresa.
No solo se trata de conocer mejor el cliente. Se trabaja con una serie de hipótesis que definen el modelo de negocio. Estas hipótesis son puestas a prueba con cada iteración del MVP.
Como es lógico, cuanto más rápido nos llega la información, más rápido podemos llegar a una conclusión. En el caso de un producto o servicio esto supone una definición y una serie de perspectivas más definidas.
¡Esto es lo que nuestros clientes quieren!
La importancia de los experimentos
Ahora bien, todos estamos de acuerdo en que es importante realizar pruebas para descubrir las soluciones a los problemas. En el mundo de las startups existe desde hace tiempo dos formas de pensar al respecto. Hay quienes optan por escalar lo antes posible y otros que creen que antes de dar ese paso es necesario realizar la mayor cantidad posible de experimentos.
Lo que las estadísticas muestran es que, en general, las empresas que realizan una mayor cantidad de experimentos antes de escalar tienen mayores oportunidades de éxito. Las empresas que optan por escalar antes experimentan un mayor número de fracasos.
La capacidad para realizar experimentos es una cualidad propia de las startups. Las organizaciones son más pequeñas y flexibles y pueden implementar una mayor cantidad de cambios sin tanto esfuerzo. A pesar de tener mayores recursos, para las grandes compañías cada iteración es un problema a resolver.
La importancia de la imaginación
Así pues, experimentar es bueno, y el método Lean Startup se trata de testear los productos y servicios. No parece haber conflicto entre una premisa y la otra.
Salvo cuando consideramos lo que entendemos por experimentar. Experimentar es poner a prueba una idea. Para que eso suceda lo primero que necesitamos es, precisamente, una idea.
El riesgo de enfocarse en el feedback, tal como sucede en este método, es que podemos olvidar que la realidad se transforma con un acto de la imaginación. Si solo respondes a lo que te sugieren los consumidores es poco probable que generes algo disruptivo.
La información que obtenemos en cada nueva iteración solo nos habla del presente. De un pequeño momento en el tiempo, de un espacio determinado que esta limitado por lo que nuestros clientes conocen.
Estas cocinando para la misma gente de siempre, les preguntas que es lo que más les gusta y te hablan sobre los platos que ya conocen con alguna mención a su elaboración. Ellos no pueden saber que platos diferentes podrías tu cocinar, a ti te corresponde elaborarlos y tomar el riesgo de que no les guste.
¡Y el riesgo de que sea un gran éxito!
El riesgo
Experimentar de verdad implica desviarse un poco de las certezas que tenemos y arriesgarse. No solo porque lo que hacemos puede o no ser una buena propuesta. Aún si la fuera, las novedades en general tienden a ser vistas con desconfianza. La historia está llena de productos que salieron antes de tiempo, fueron grandes fracasos y décadas después encontraron su lugar.
Cuando ofreces algo distinto los clientes y consumidores pueden experimentar un gran nivel de molestia con los cambios hasta que se acostumbra a ellos y descubren sus beneficios. Porque el cambio en sí implica una exigencia de adaptación. Es una incomodidad.
Por tal motivo una respuesta veloz al feedback puede llevar a descartar cambios positivos capaces de generar mucho valor en el futuro.
También puede ocurrir que la propuesta tenga valor, pero hay algo que falto, algo que no está en su lugar para que las cosas comiencen a funcionar.
Fuera del papel
Este defecto en el modelo Lean Startup no le ha impedido a muchas empresas ser exitosas con su aplicación. Muy posiblemente porque aunque no está en los papeles existe una instancia de imaginación.
Nada nos impide tomar la información que nos brindan los clientes y combinarla con nuestras propias ideas. Aunque obviamente, estamos introduciendo opciones de cambio no comprobadas previamente. Pero en definitiva eso es experimentar.
No es un gran cambio, es uno importante
Se podría decir que la conclusión final de todo lo dicho es que al método Lean Startup hay que agregarle un pequeño un componente de nuestra propia imaginación.
Asumir que el feedback de nuestros clientes ofrece información perfecta es un error. No es todo lo que deberíamos saber, ni todo lo que se nos dice es correcto.
Usar la imaginación no implica adivinar, sino tener la capacidad para interpretar la realidad. Es lo que a menudo llamamos tener una visión.
Tampoco es un gran cambio al método. Pero es uno importante.