La breve (o no tan) historia del Equity Crowdfunding
Y en esta parte de la historia es cuando tenemos que volver a pensar todo nuevamente, y puede que tengamos que corregir algunas cosas que les conté en el post anterior.
Tal y como les había mencionado previamente, el “último” en aparecer, allá por el 2010 fue el Equity Crowdfunding.
Recuerdo que al principio del posteo previo les dije que el concepto de financiamiento colectivo comenzaba hace unos 300 años aproximadamente y en aquel listado, el concepto de equity crowdfunding o financiamiento colectivo de compañías con la venta de acciones, se encuentra último en la lista.
Pero si repasamos la historia no sería del todo así.
Si vamos a los casos concretos y a la esencia de la actividad en sí, cualquier compañía que atravesó un proceso de IPO u Oferta Pública Inicial, básicamente también accionó para llevar participaciones de la empresa (acciones) al público en general, al igual que hacen las plataformas de financiamiento colectivo modernas, gracias a la tecnología.
Para hablar de estos primeros casos nos tenemos que remontar a la época de la República Romana, donde existió la primera forma de empresa que emitía acciones públicas. Al igual que las sociedades anónimas modernas se dividían en acciones o partes. Existe evidencia de que estas acciones se vendieron a inversores públicos y se negociaron en una especie de mercado extrabursátil en el Foro Romano.
Mucho tiempo después, en 1602 se produjo la primera oferta pública inicial moderna cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales ofreció acciones de la empresa al público para recaudar capital. La Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC) se convirtió en la primera empresa en la historia en emitir bonos y acciones para el público en general.
En otras palabras, la VOC fue oficialmente la primera empresa que cotiza en bolsa.
Y recién en 1783 existió la primera oferta pública en Estados Unidos, el Banco de Norte América.
Y entonces …
¿Cuál es el motivo por el que ahora hablamos de Oferta Pública Inicial y de Equity Crowdfunding?
El proceso es realmente similar, y muchos podrán decir que la principal diferencia es que las acciones que se obtienen a través de las campañas de crowdfunding no cotizan en una bolsa o mercado como si las que se obtienen a través de un IPO u Oferta Pública Inicial.
Y este punto podría haber sido válido durante los primeros años y con los primeros sitios de Equity Crowdfunding, pero esa barrera fue prácticamente eliminada por el avance de la tecnología y ya hay varios casos de sitios que cuentan con un mercado secundario que brinda liquidez a los inversores de las campañas de financiamiento colectivo.
Pero hoy en día la principal diferencia yace en las regulaciones que imponen las diferentes comisiones de valores de cada país.
Todos los reguladores comenzaron a controlar las Ofertas Públicas Iniciales y convirtieron, lo que alguna vez fue una alternativa para compañías que exploraban el mundo, o mejor dicho, emprendedores que buscaban cambiar el mundo y la forma de hacer negocios, en una alternativa costosa y pensada únicamente para empresas muy grandes que ya pueden afrontar estos costos y procesos.
Beneficios de las Ofertas Públicas Iniciales:
Permitir un acceso más barato al capital
Incrementar la exposición, el prestigio y la imagen pública
Facilitar adquisiciones (potencialmente a cambio de acciones)
Creación de múltiples oportunidades de financiación: acciones, deuda convertible, préstamos bancarios más económicos, etc.
Desventajas:
Costos legales, contables y de marketing significativos, muchos de los cuales están en curso
Requisito de divulgar información financiera y comercial
Se requiere tiempo, esfuerzo y atención significativos de la gerencia
Riesgo de que no se obtenga la financiación necesaria
Difusión pública de información que pueda ser de utilidad para competidores, proveedores y clientes.
Para el equity crowdfunding existen las mismas ventajas y desventajas, pero hay una que la vuelve una alternativa real y a considerar para todos los emprendedores y empresas que quieren continuar creciendo y encuentran en el capital un factor limitante:
No existen los costos legales, contables y honorarios de todas las partes involucradas para realizar el costoso proceso de IPO u Oferta Pública Inicial.
Y acá es el punto donde quiénes más conocen sobre el mercado de valores y su funcionamiento me dirán que las plataformas tampoco cumplen y pasan todo el proceso, con todas las partes y actores que intervienen en un proceso de IPO.
Esto es completamente verdadero. Es verdad que faltarían varios de los intermediarios que existen en este largo y costoso proceso, pero hoy contamos con la ventaja que la tecnología los vuelve rápidamente prescindibles y se puede lograr el objetivo de obtener el financiamiento necesario gracias a esto.
Hoy la tecnología nos brinda la posibilidad de disminuir los pasos y procesos burocráticos existentes para asistir a los emprendedores en la búsqueda de capital y financiamiento. Como así también la tecnología les brinda una nueva opción a los inversores de ser parte de estas oportunidades y acompañar a personas con la iniciativa para buscar cambiar industrias, mercados, y por qué no, el mundo.