El mundo de las startups y los emprendedores está lleno de mitos y leyendas. Historias que en una gran cantidad de casos son reales, pero están cubiertas con una capa de fantasía. Una de esas fantasías es la idea de que las empresas son construidas gracias a un talento innato.
O sos Steve Jobs, o no.
Los emprendedores e inversores con experiencia saben que hay muchos factores además del talento natural. El conocimiento y las destrezas adquiridas a lo largo de los años sobre un campo determinado son tal vez más importantes.
Pero todavía existe la idea de que no se puede enseñar cómo ser un emprendedor.
Potencial y desarrollo
Como es de público conocimiento los Steve Jobs y los Jeff Bezos existen. Hay personas que parecen tener un talento natural para ser emprendedores. Al igual que también existen los Maradona y los Messi.
Cabe recordar que aún Messi (el mejor jugador del mundo) aprendió una nueva habilidad, mejoró notablemente sus tiros libres, a mitad de su carrera profesional.
Por lo dicho es indudable que es posible enseñarle a una persona a ser un mejor emprendedor como es posible enseñar a ser un mejor futbolista.
Así lo sugiere también un trabajo realizado en 2021 por el National Bureau of Economic Research.
El programa SEED
El estudio examina la experiencia realizada en Uganda a través de un mini curso, un “MBA” de 3 semanas dedicado a mejorar las habilidades de los jóvenes de dicho país. El programa fue conocido como SEED.
SEED ofrecía dos opciones: una enfocada en las tareas técnicas (hard skills), y otra en las de manejo y comunicación (soft skills). En cada una de ellas había un 75% de contenido del área predominante y un 25% de la otra área.
Se seleccionaron a 4400 jóvenes de 200 escuelas de Uganda. Los jóvenes fueron asignados al azar a uno de los grupos de entrenamiento o al grupo de control.
Los resultados
Los participantes fueron evaluados luego de un periodo de 3,5 años. El 72% estaba autoempleado o trabajando para alguien más. El 90% de los ingresos eran generados por el autoempleo.
En términos generales los jóvenes instruidos tenían un mayor nivel de ingresos. Con un 32,1% para el SEED Hard y un 29,8% para el SEED Soft.
También se observó que los jóvenes de ambos grupos SEED tenían una mayor tendencia a iniciar negocios y asegurar la supervivencia de los mismos. Unos 3369 negocios fueron creados. Unos 6500 puestos de trabajo estaban relacionados con estos emprendimientos.
Sus negocios también eran más rentables, con una mejora respecto al grupo de control del 24,2% para SEED Hard y del 27,2% para el SEED Soft.
El programa también generó una mejora en las posibilidades de expansión de los negocios. Esto es la superación del nivel de subsistencia individual y la creación de empleos adicionales.
También hubo una notoria mejora en las capacidades para atraer capital de inversión con 42,9% para SEED Hard y un 36% para el SEED Soft.
El entrenamiento no siempre es exitoso
Es importante notar que el trabajo realizado por el NBER reconoce que existen muchos otros estudios que apuntan a que estos programas no producen resultados significativos, o que las mejoras son temporales.
También hay que considerar las particularidades de la economía de Uganda. Es posible imaginar que el nivel de impacto que una formación especializada puede tener en un país menos desarrollado será mayor que en uno desarrollado. Pero tampoco es algo seguro. Aún dentro de una economía del primer mundo existen realidades sociales muy diferentes.
La experiencia de Singapur
Un estudio publicado en 2022 sobre 181 emprendedores de Singapur se enfoca en el impacto que la formación en áreas claves puede tener en el crecimiento de una empresa.
El contenido suministrado abarcaba el diseño de los modelos de negocios, el aprovechamiento de redes externas y la construcción de equipos internos. El tratamiento se suministraba a través de exposiciones y trabajos prácticos.
El resultado fue un aumento del 72,5% en las ventas para quienes recibieron el entrenamiento, comparado con un 30,3% experimentado por quienes formaban parte del grupo de control.
Singapur es una economía bien desarrollada. Es también un importante centro comercial a nivel internacional. Además, en este caso estamos considerando una formación impartida a emprendedores.
El aspecto emocional
Un argumento que puede hacerse respecto a los resultados obtenidos y como en ocasiones no se sostienen en el largo plazo es que existe un componente emocional muy importante en la vida del emprendedor.
En ambas experiencias, Singapur y Uganda, los investigadores apuntan a las habilidades de negociación e interpersonales como algunos de los aspectos claves. Lo cierto es que la instrucción también le da a los emprendedores más confianza en sí mismos, los inspira a ser más ambiciosos. Eso puede tener una consecuencia directa en sus habilidades sociales.
Las diferencias obtenidas y la persistencia del efecto, en el caso de Uganda, me lleva a pensar que más allá del efecto emocional hay un aprendizaje de impacto.
Conocimientos que hacen clic
La similitud de resultados entre los programas SEED Hard y SEED Soft también es llamativa. O los temas estudiados son todos igualmente importantes o el tiempo dedicado a cada uno en particular no hace tanta diferencia.
Quizás basta con que una persona aprenda un par de cosas que cambien su manera de pensar. Algo que rompe con su intuición y cambia su perspectiva puede producir enormes resultados.
Vamos a necesitar muchos más trabajos y experimentos para descubrir los factores claves. Lo que es indudable es que las personas pueden aprender a ser mejores emprendedores.